jueves, 9 de septiembre de 2010

"No hay ninguna razón para alarmarse, y esperamos que disfruten del vuelo. Por cierto, ¿Hay alguien a bordo que sepa pilotar un avión?"

Mira por dónde, llevaba yo algún tiempo pensando "Hay que ver que últimamente no me pasa nada digno de Teodiomucho..." y entonces, así a traición...

A ver. Esta es la situación. Tras pasar un mes en Parets buscando curro por Cataluña, me tengo que volver a Algeciras para poder adelantar trabajo en un proyectillo que llevo entre manos (y del que no me sonsacaréis nada, panda de cabrones). Llegué a Algeciras el martes. El miércoles, me llaman para hacerme una entrevista de trabajo... en Granollers.

Tócate los huevos. Tras explicar mi situación, consigo que me aplacen la entrevista de trabajo hasta el lunes. Lo que me da pocos días para adelantar trabajo, y exactamente igual de pocos para reservar el billete de vuelta. Contrato con una compañía low-cost (es lo único que Rumbo me dejó saber), un vuelo que no sale mal de hora, está muy barato y, en teoría, debería darme pocos problemas.

Hasta que no termina el proceso de compra, no descubro que acabo de contratar con Ryanair.

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Ryanair, para quien no la conozca, es una aerolínea irlandesa que presume de ser la más barata del mercado. Algo de lo que, sin lugar a dudas, bien pueden presumir... como comprendí tras esta fascinante experiencia.

Al terminar el proceso de compra, y sólo al terminarlo, Rumbo te notifica que la aerolínea tiene unas condiciones muy específicas. Cualquiera que ya haya volado alguna vez habrá podido comprobar, muy probablemente, que la mayoría de aerolíneas sólo necesitan que les enseñes el DNI para darte ellos mismos tu tarjeta de embarque, si bien se te ofrece la posibilidad de llevarla impresa de casa y ahorrarte ese paso.

Pues bien, Ryanair te pide amablemente que lleves la tarjeta de embarque impresa de casa... o de lo contrario te cobran CUARENTA EUROS MÁS POR PERSONA. Con lo que un billete de sesenta euros (tasas incluidas) se te puede poner cómodamente en cien si tu impresora no tiene tinta o si, simplemente, no se paran a leerlo.

Ahora bien: como te lo leas pero tengas el DNI caducado es peor aún.

Como Ryanair es una compañía aérea extranjera, son muy, MUY quisquillosos con el tema de que los documentos estén en regla para sus vuelos en territorio español. Y si eso es así, da igual que sea imposible conseguir cita para renovar el DNI hasta Octubre: no te lo admiten. Cosa que en un principio, atención, DEBERÍA impedirte siquiera dar el primer paso.

Porque veréis... se para uno a pensarlo y dice "si realmente es algo que se toman tan en serio, ¿no deberían, no sé, EXIGIRTE los datos del DNI a la hora de contratar el vuelo, de forma que si ven que está caducado te digan que no te lo pueden vender?"

No señores, no. Ryanair te cobra el vuelo, y luego cuando llegas al aeropuerto empieza la fiesta. Pero no os dejéis engañar... La fiesta empieza MUCHO ANTES de que se les ocurra mirarte el DNI.

Llego al mostrador de facturación, tarjeta de embarque impresa en mano, y guardo respetuosamente la cola mientras contemplo cómo la encantadora señorita de Ryanair, a la cual por cierto la próxima vez que le vea la cara le pregunto el nombre y le pongo una hoja de reclamación dedicada (y con motivo, no simplemente por quejarme), se dedica a cabrear y a tratar como a mierda a todo aquél que llega sin su tarjeta de embarque impresa porque eso es algo que no te avisan hasta el último momento. Después de ver cómo unos cuantos señores pasajeros tienen que acabar aceptando las órdenes Y las disculpas del personal de seguridad del aeropuerto (del tipo "Caballero, tiene usted que ir a las oficinas de Ryanair y hablar allí con ellos, pero no puede quedarse aquí montando el pollo, y discúlpeme que yo no trabajo para Ryanair sino para seguridad del aeropuerto") (que ya tiene que ser chunga la situación cuando los de seguridad se te disculpan y te dejan claro que ellos no trabajan para Ryanair), finalmente llega mi turno.

Me cogen la tarjeta de embarque, me dicen que todo está en orden, me pesan la maleta. ¿He mencionado que Ryanair, además de los precios más bajos, también tiene los límites de peso en equipaje más bajos?

Así es. Mi maleta se sale del peso. Por lo cual, aunque me he librado de los cuarenta euros, ahora tengo que pagar DOSCIENTOS EUROS MÁS.

Totalmente encabronados, cogemos la maleta y decimos que nos vamos a buscar otra aerolínea y que les vamos a poner una hoja de reclamaciones. La señorita que con tanto desprecio nos ha dicho lo de los doscientos euros nos quiere decir algo, pero entonces interviene su compañera (la hasta ahora amable señorita del chaleco fluorescente) y nos suelta con una superioridad enorme: "¿Pero tú de qué vas a reclamar, si eso estaba en las condiciones de Ryanair cuando contrataste?". Y ahora explícale tú que yo NO CONTRATÉ CON RYANAIR A PROPÓSITO.

Nos vamos indignados. Pero entonces comprendemos la triste realidad: es domingo y la entrevista es el lunes. Nos la estamos jugando. Así que, como buenamente podemos, sacamos la mitad de la ropa de la maleta, la metemos en el equipaje de mano, mis padres se llevan el equipaje de mano y yo me quedo sólo con lo básico en una maleta y el portátil en la otra mano.

Volvemos a intentarlo. Me pesan la maleta, ahora ya pesa quince kilos, y me preguntan si tengo la tarjeta de embarque impresa. Me pregunto "¿pero esta tía no se acuerda de mí, con los preciosos momentos de desprecio que hemos compartido hace dos minutos?", y se la enseño. La mira y me dice que todo en orden, que puedo pasar.

No me mira el DNI. Y por ello yo me acojono.

El caso es que, antes de pasar a la zona de embarque, mi padre va a la oficina de Ryanair a pedir las famosas condiciones. Vuelve diez minutos después: en las oficinas de Ryanair hay tanta gente quejándose que casi tienen montada una romería. Por estar, está hasta la policía.

Así es como nos enteramos, a través de la policía, de cómo es la situación: Ryanair ha llegado a dejar volar a gente desde Barcelona hasta Málaga SIN la tarjeta de embarque impresa y con un billete de ida y vuelta... pero luego no les han dejado volver sin pagar los cuarenta euros por persona; Ryanair ha llegado a dejar a niños en tierra porque, como son niños, no tienen DNI; Ryanair tiene a un par de policías en sus oficinas del aeropuerto de Málaga SIEMPRE, porque SIEMPRE hay gente quejándose y siempre hace falta controlar a las multitudes.

Y lo peor: a veces no miran el DNI; pero como lo miren... me pueden dejar en tierra.

CORRO. Cruzo el control de seguridad, localizo la puerta de embarque, me pongo en cola, me miran el DNI y me dicen que no puedo subir al avión. Lo cuál más o menos se podría dejar pasar, supongo, en el peor de los casos... si no fuera porque MI MALETA YA ESTÁ A BORDO.

¿Entendéis ahora por qué le quiero poner la hoja de reclamación a la del mostrador de facturación? No es por su forma de tratarme... es porque, si se dedicase a mirarle el DNI a la gente como hacen los de TODAS LAS DEMÁS AEROLÍNEAS, la gente no se encontraría con situaciones tales como:

1- Que su maleta se vaya a Barcelona sin ellos.
2- Que su maleta se vaya a Barcelona sin ellos... habiendo tenido que pagar doscientos euros para que la maleta pueda embarcar.
3- Perder un vuelo que ya has pagado.
4- Perder un vuelo que ya has pagado... y por el que además has tenido que pagar cuarenta euros más por persona.

Una serie de situaciones que suponen un perjuicio totalmente innecesario para el pasajero, y que sinceramente se pueden evitar si, sencillamente, hacen lo normal en un aeropuerto.

Pero en fin. Al final llamaron a Dublin y en Dublin dijeron "¿El de Teodiomucho? ¡Dejadlo subir, gilipollas, que luego si no lo cuenta y se entera todo el mundo!" (o en su defecto "Va, venga, que suba que tampoco pasa nada", no lo sé, no estaba escuchando). Lo cierto es que me dejaron subir al avión y yo, iluso de mí, pensé que la odisea había acabado.

Ya. Claro.

Me acerco a la puerta del avión, mientras llamo a mis padres para que se vayan a casa y no me esperen (porque claro, cuando me dijeron que no subía se quedaron esperándome hasta saber qué pasaba con la maleta). Me quedo fuera hablando, porque como no se pueden tener móviles encendidos en el avión prefiero que no me la vuelvan a liar; en ese momento, una amable y encantadora azafata sale del avión y en un español macarrónico me dice "Bueno, qué, ¿tú te piensas venir a Barcelona o no?".

Empezamos bien. Cuelgo a mi madre dejándola con la palabra en la boca, voy a mi asiento no numerado y coloco el equipaje como buenamente puedo. Me siento y contemplo cómo las azafatas, con su habitual coreografía de spice girls, dan las instrucciones de seguridad en el avión... en inglés. Pienso "bueno, es normal, son una compañía irlandesa, lo habitual es que vayan intercalando ambos idiomas pero seguro que cuando terminen las repiten en español". Y efectivamente, al terminar la coreografía, empiezan a sonar por megafonía las instrucciones en español.

Mientras las azafatas, pasando de volver a indicar nada, se van.

Pasmado ante esta asombrosa demostración de falta de interés en la seguridad de los pasajeros de habla hispana, observo durante todo el vuelo Málaga-Barcelona cómo las azafatas no se dirigen a los pasajeros en español NI UNA SOLA VEZ. Que vale, que la compañía es irlandesa, si no pasa nada, pero es que el pasaje (o al menos una buena parte de él) no lo es. Ni lo es el lugar de origen ni el de destino. Vamos, que cuando no por cortesía, al menos por lógica podrían haberlo intentado.

Así comenzó el vuelo más raro que he tomado en mi vida. Un vuelo en el que te ofrecían, a las diez y media de la mañana, un plato de macarrones a la boloñesa para comer. Un vuelo en el que el suelo del avión se combaba cuando lo pisabas. Un vuelo en el que por el hilo musical lo que se oía era un niño hablando en inglés. Un vuelo en el que vendían CUPONES PARA EL SORTEO DE UN COCHE. Un vuelo, en definitiva, raro de cojones.

No sé de qué me sorprendí, la verdad, cuando el avión tomó tierra... a lo bestia. Juro que los asientos SALTARON cuando nos estrella(perdón)cuando aterrizamos. Como juro que los demás pasajeros, y yo esto sí que no lo entiendo, en el momento del aterrizaje, APLAUDIERON.

Si llegamos a tomar tierra con suavidad, ¿qué le hacen al piloto? ¿Se la chupan?

La fanfarria de trompetas en plan hipódromo al terminar el aterrizaje escapa completamente a mi entendimiento, lo reconozco. Pero me daba igual. Por fin habíamos aterrizado, por fin estábamos en Barcelona, y a tiempo para la entrevista. Todo lo que había pasado ya daba igual. Ahora sólo tenía que recoger mi equipaje, tirar para casita de Sandra y esperar allí un día, para el lunes a las cuatro de la tarde estar ahí en primera fila para mi triunfal entrevista.



Ya lo habéis pillao vosotros solos, ¿verdad?


Efectivamente, más de dos años cogiendo aviones, y la única vez que me pierden la maleta va y es esta. Con lo cual, la ropa presentable, la maquinilla de afeitar, mis medicamentos (¿he mencionado que estoy resfriado en pleno verano?), todo lo que más prisa me podía correr para la entrevista que tenía veintiocho horas después, a tomar por culo.

Presentamos queja. Exigimos copia de la queja (ahí tengo que darle el mérito a Sandra, yo ya estaba tan colapsado que ni se me ocurrió pedirla). Llegamos a casa y me arreglo con lo que tengo para el domingo. El lunes por la mañana salgo y me compro ropa nueva, maquinilla nueva, todas esas cosas guays que no tendría por qué invertir dinero en comprar porque ya venían desde Algeciras. Y cuando me voy a meter en la ducha para ir a la entrevista que falta una hora ya...

RING!

Y mi maleta apareció en el aeropuerto. Una vez que ya había gastado el dinero. Justo a tiempo para sentirme gilipollas.



No creo que os cueste mucho trabajo adivinar que no pienso volver a volar con Ryanair en la puta vida. Pero el caso es que, por si todavía necesitaba más excusas... ayer apareció la siguiente noticia:

El presidente de Ryanair propone prescindir de los copilotos

Leéosla con calma porque no tiene desperdicio (la foto del presidente de Ryanair en especial); pero os lo resumo: la idea de este hombre es que un copiloto sólo sirve para vigilar que el piloto no se duerma... y eso lo puede hacer una azafata, ¿no? Pues ya está.

De verdad, me leo estas cosas, me PASAN estas cosas, y me pregunto... ¿Cuántos clientes SATISFECHOS tiene Ryanair?

¿Qué opináis? ¿Conocéis a alguno? ¡Teodiomucho quiere saber!