miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cosas de familia

Sí, he vuelto. No, no sé por cuánto. Sí, es para publicar una gilipollez. No, no tengo la Tarjeta del Corte Inglés, déjeme ya en paz un rato, caballero.

Damas y caballeros... Se acerca la Navidad, una festividad que es tradición celebrar con la familia. Esto, para los que podemos decir que tenemos familia a ambos extremos del país, tiende a tornarse imposible: siempre te dejas a alguien fuera.

No obstante, siempre hay casos peores que el de uno mismo (y los odio por ello). Hay familias separadas por mucho más. A veces, incluso, porque no se conocen.

Hoy en Teodiomucho quisiera presentar una serie de ejemplos de familias separadas. Esto va a ser un testimonio estremecedor, digno del Diario de Patricia como poco.

Snoopy. Todos conocemos a Snoopy, ¿verdad? El entrañable beagle (yo habría jurado que era un dálmata con pocas manchas, pero parece que no, que es un beagle) que acompaña a todas partes a Charlie Brown, recordando en todo momento al público que incluso un perro tiene más carisma que ese cabezón. Pues bien, Snoopy tiene familia. Al menos un pariente, y también es famoso. Sin embargo, nunca pueden pasar juntos las navidades. Primero porque su pariente vive en otro país; pero segundo y fundamental... porque ni siquiera vive en este siglo. Saludad al pariente más cercano de Snoopy, D'artacan.


Como podéis ver, siempre los hay que están peor. Pero aún podría ser más jodido. Pensemos si no en esta familia de extraterrestres. Saluda, Orko.
Orko, como sabéis, es el mago de la corte del reino de Eternia, un planeta muy lejano cuya única relación con la Tierra es que, al parecer, la Reina es humana. No es difícil darse cuenta del clarísimo parecido familiar que une a Orko con sus primos de otro mundo, los Magos de Final Fantasy.
No he conseguido encontrar un nombre concreto del mundo en el que se ambienta Final Fantasy (de hecho, tengo entendido que cada juego está en un mundo diferente hasta que empezaron a darse algo de continuidad, y ni así sé en qué mundo se quedaron. Pero no creo que sea descabellado suponer que ambas familias tienen otros parientes lejanos. De hecho, los tienen desde hace mucho tiempo, y son unos parientes muy, muy lejanos: los Jawas.
Podemos suponer, quizás, que todos estos mundos se encuentran en galaxias ajenas a la nuestra. Pero quizás tengan la suerte de que todas esas galaxias sean la misma. Si ese fuera el caso... ¿podrían hacer una reunión familiar y quedar todos juntos? Pues no, porque nos estaríamos olvidando de su otro pariente, el que sí que vive en nuestra galaxia: Marvin el Marciano.
(en serio, ¿cómo hemos tardado tanto en ver el parecido?)

Como podéis ver, siempre habrá quien lo tenga peor. Incluso mi admirado Batman lo tiene complicado para pasar las fiestas en familia.

Y pensaréis "Claro, porque es huérfano", ja, ja. No, listos. Hablo de familia lejana, familia a la que no tiene la suerte de conocer y con quien no puede pasar las fiestas. Hablo de otras personas con la misma propensión a la vida de aventuras, a la lucha contra el mal y el heroísmo desinteresado, y que también presentan un rasgo físico distintivo característico de esta familia. Y es que, cuando uno se pone a investigar, descubre que la familia de Batman va desde nuestro héroe patrio, Pafman...

... hasta el mismísimo Finn el Humano.

¿Y los villanos de Batman? Pensad en el pobre Mr. Frío. Perdió a su mujer, y ahora se siente solo, frío y sin sentimientos. 

Personalmente, estoy seguro de que podría contagiarse de un poquito de espíritu navideño (y más con esa pinta de globo de nieve tipo Ciudadano Kane que ha tenido siempre) si pudiera reunirse con su familia. Pero claro... Gotham pilla lejos de Nueva York (supongo), y probablemente cuando Frío está en libertad coincide con que su primo lejano, Mysterio, está en la cárcel igualmente.

Podría entonces quedar con su otro pariente lejano... pero el señor Krauss anda últimamente muy liado trabajando con el BPRD.

¿Y Slenderman?

Éste sí que es un incomprendido. Larguirucho, tentaculado e inexpresivo, nadie quiere hablar con él y salen corriendo en cuanto le ven acercarse. ¿Acaso no podría el pobre Slendy quedar con su familia y charlar? No, claro que no, porque su familia vive realmente lejos Ahí tenemos, por ejemplo, a su primo Jack, que vive en otro mundo y sólo visita el nuestro una vez al año (dos como mucho, si se cuela en otra fiesta).

Su tío Otto, por otra parte, tiene el mismo problema que Mysterio: demasiado tiempo entre rejas.

Luego está The Question. Pero está demasiado ocupado trabajando con la Liga de la Justicia como para relacionarse con su pariente el raro.

Y claro... toooodos sus primos terceros, pero su trabajo en Zara les tiene demasiado absorbidos.


Así que ya lo veis. Siempre habrá quien tenga más dificultades para reunirse con los suyos que yo, y probablemente que todos vosotros juntos. Si en cualquier momento de estas fiestas os sentís solos, recordad a Snoopy. Recordad a Orko. Recordad a Batman. Recordad a Mr. Frío. Recordad a Slenderman. Y si con esto os sentís mejor... es que sois unas personas horribles. En serio, gente, eso tiene un nombre en alemán, que lo sepáis:

Y ahora que lo sabéis, ¡felices fiestas de parte de Teodiomucho!

martes, 25 de octubre de 2011

Carta de ajuste

Buenas noches.

Lamentamos profundamente los inconvenientes que les haya podido causar nuestra larga desconexión, damas y caballeros. Todo ha sido causado por motivos ajenos a nuestra voluntad, puedo asegurárselo. Y estos son esos motivos:

La mudanza y la búsqueda de empleo no me han dejado apenas tiempo. Hace mucho frío para teclear y tengo los dedos congelados. Me duele la cabeza. No se me ocurría nada que contar. Se me ocurría algo que contar, pero ya me han pillado alguna vez la gente a la que criticaba (curiosamente Ramoncín no) y quería cubrirme las espaldas. Se me ocurría algo que contar, pero he firmado un acuerdo de confidencialidad y no puedo revelar nada. Se me ocurría algo que contar, pero entonces tendría que mataros. La SGAE no me está persiguiendo y eso me tiene acojonado en un rincón. Estamos teniendo dificultades técnicas con la transmisión vía satélite de la descompresión del catalizador del condensador de fluzo. Mi perro se comió Internet, hace ya más de cinco años. Lo hizo un mago. NO lo hizo un mago, y por eso no estaba hecho. Está lloviendo. Es que no contestaba nadie y no sabía si estabais ahí o no. Estaba ocupado decidiendo si me dejaba barba o no, y he tardado todos estos meses en darme cuenta de que ya la llevo puesta desde hace años. He vuelto a votar, en unas elecciones municipales, y tenía miedo de que explotara Internet o algo. Pero la razón principal y fundamental es...

...

... vale, no sé cuál era la fundamental. Pero el caso es que TEODIOMUCHO SIGUE AQUÍ. Estad atentos, porque en breve volvemos al ritmo de actualizaciones habituCONTROL, COÑO, QUITAD LAS RISAS DEL PÚBLICO! Por dónde iba... estad atentos, porque Teodiomucho vuelve a la carga.

No, en serio.

De verdad, jo.

lunes, 24 de enero de 2011

CINECLUB presenta... un magnífico estudio sobre los efectos del LSD

Tiempo es ya de retomar temas más culturales en este nuestro blog. Y me gustaría retomar esta nueva sección, el CINECLUB, que parece que promete bastante. Para los que no conozcan esta sección, leed un par de posts más atrás, que tampoco empezamos hace tanto; pero bueno, yo soy el primero en ser vago así que tendré que ser tolerante en ese aspecto, o sea que... CINECLUB es una apuesta de TEODIOMUCHO por el cine, pero no por el cine tal cual. En CINECLUB, la idea es analizar una película desde un punto de vista diferente, para demostrar que tras cada obra cinematográfica siempre hay mucho más de lo que el ojo puede ver.

En esta ocasión quiero estudiar una película que me ha parecido fascinante. Una aproximación al estudio de los efectos de las drogas psicotrópicas y alucinógenas, pero desde una perspectiva un poco... diferente.

No es nada nuevo, en realidad, ya que lo que el director de esta película hace no es sino emular a Saramago. Sin embargo, la jugada original era tan buena que puedo comprender que otros hayan intentado seguirla. Me estoy refiriendo, por supuesto, al brillante planteamiento de "Ensayo sobre la Ceguera". En dicha obra, se analiza la ceguera dándole la vuelta a la tortilla, y se nos presenta un mundo en el que la ceguera afecta a todo el mundo... menos a una única persona. De esta forma, lo que es diferente no es ser ciego, sino poder ver.

Del mismo modo, en esta película todos los personajes están bajo los efectos de alguna sustancia que inhibe y altera su percepción de la realidad, provocando en todos ellos un asombroso caso de alucinación colectiva. Todos... menos una única persona.

Curiosamente, sin embargo, esta única persona cuya percepción de la realidad no ha sido alterada NO ES la protagonista de la historia, sino una secundaria. Un giro argumental francamente curioso, porque de esta forma se extiende la ilusión de que todos menos ella ven alucinaciones: se incluye al público en ese "todos", haciéndoles formar parte de la masa de alucinados y tomando por normal lo que, a los ojos de esa única persona, es algo completamente ilógico e irracional.

El mensaje final de la historia, no obstante, es algo desolador: la heroína de esta historia, la única persona que ve las cosas con claridad, acaba cayendo víctima de la misma ilusión colectiva que afecta a sus convecinos. De forma que, al terminar la narración, todo el mundo da por hecho que todo lo que ha ocurrido durante la película es perfectamente normal.

Quisiera finalizar esta reseña, pues, ofreciendo esta pequeña reflexión: ¿es el mensaje de la película que el conformismo nos acabará convirtiendo a todos en borregos de mente adormecida, incapaces de pensar por nosotros mismos? ¿O que existe aún una posibilidad, si nos mantenemos firmes y fieles a nuestra forma de pensar? Me gustaría pensar que la moraleja de la historia es esta última, y que aún existe esperanza para la raza humana.

Así que, por favor, si algún día descubrís que todo el mundo a vuestro alrededor piensa que esto es un pez la mar de normal y la mar de bonito...



... haced como la vieja loca e inadaptada de Ponyo en el Acantilado: manteneos firmes, hasta que encontréis a alguien más capaz de ver que ese pez parlante metido en un cubo tiene que ser Carmen Machi por fuerza.

La croqueta legendaria

Supongo que ya no tiene sentido alargarlo más. Este es un post que hace ya trece días que debí haber publicado. Sencillamente, no sabía por dónde empezar.

Pero en fin. Lo lógico es empezar por el principio.

Los más veteranos de este blog sabrán que siempre que puedo rindo homenaje a una persona muy especial. Alguien que marcó mi vida y de quien, por desgracia, no tuve tiempo ni ocasión de despedirme. Alguien a quien tendré que esperar el resto de mis días para poder volver a ver. Lo que puede que no sepáis... es que desde entonces no me he quedado solo.

Así es. Poco antes de su muerte, mi hermana consiguió salirse finalmente con la suya: se las arregló para que mis padres le regalasen el gato que siempre había querido. Y cuando ella se marchó... Chopín se quedó.

Quienes me conocen saben que siempre he hablado de él con esa extraña forma de cariño que habitualmente se manifiesta por medio de insultos. Así, por ejemplo, siempre me he referido a mi gato como "el primer híbrido nacido de un gato y una croqueta de pollo". Ha habido gente que me ha tomado por embustero hasta que finalmente lo han visto. Chopín, el gato que se tumbó sobre una tableta gráfica y se la cargó. Chopín, el gato que si se tumbaba dulcemente sobre tu pecho en actitud cariñosa te cortaba la respiración. Chopín, el gato cilíndrico.

Pero siempre ha sido mucho más que eso.

Hablo del gato que me vio deprimido y, sin quitarme ojo de encima, sin cambiar para nada su expresión corporal, se desparramó por el suelo para hacerme reír. El mismo gato al que le gustaba tumbarse en mi cama, encima de mi batín, y pasarse en ella el día entero hasta que llegaba la hora de echarlo para poder irme a dormir. El capaz de darte conversación y hablarte, como mínimo, de una marca de cerveza: Mahou. El gato, en definitiva que fue el primero en venir a consolarme cuando mi hermana murió.

El gato del que nunca me pude deshacer. Un recuerdo constante de mi hermana perdida, al que tuve la oportunidad de dar a la protectora y con el que decidí quedarme costase lo que costase.

Y le escribo este post, a la croqueta legendaria que tantos años me ha acompañado, porque el día 11 de Enero de 2011 también él nos dejó por una insuficiencia renal.

Así que ya lo veis. Chopín se ha reunido finalmente con Montserrat, ama y mascota juntos de nuevo.

Y lo más probable es que esto no vaya a ninguna parte, pero si fuera posible... Si existiera la posibilidad de que este blog lo lean en el cielo (ya que en la Tierra no me lo leo ni yo), sólo hay una cosa que me gustaría pedirle a mi hermana desde aquí. Así que Montserrat, si puedes leer esto...

... he intentado cuidarlo lo mejor que he podido. Pero como estaba enfermo, ha perdido mucho peso (que ya le vale, no conseguimos que adelgace estando sano y va y lo hace estando enfermo). Te toca a ti ahora alimentarlo y cuidar de él para que, algún día, podamos mirar al cielo y ver una enorme croqueta gris.



Buen viaje, socio. Pásatelo bien con tu dueña y con el viejo Milú. Y no te preocupes, que la eternidad sigue teniendo un batín con tu nombre.

martes, 4 de enero de 2011

CINECLUB presenta... una soberbia semblanza de la crisis de la mediana edad

Año nuevo, sección nueva, damas y caballeros. Esta vez me gustaría que nos pusiéramos todos la bata de terciopelo y cojamos la copa de brandy en una mano y la pipa en la otra para comentar, con los ojos de un señor culto e ilustrado, películas que normalmente nunca habíamos analizado en profundidad.

Quisiera empezar con la que pude ver anoche, deleitándome con el intenso sabor de un puñado de pistachos que cogí para matar el gusanillo. Se trata de una historia francamente cautivadora: la de un triunfador que, pese a todo su éxito, ha llegado a ese punto en su vida en el que se plantea hacia dónde se dirigen sus pasos.

Hablamos de todo un ganador. No hay nadie mejor que él en lo que hace. Sus vecinos le admiran, sus superiores se sienten inferiores a él, pero eso no le basta. Porque nuestro protagonista, amigos míos, siente que necesita algo nuevo.

Y como suele ocurrir en estos casos, esta búsqueda de nuevas experiencias le lleva a perder el norte de su propia vida. Ya lo hemos visto infinidad de veces: personajes de mediana edad que se ven sumidos en una crisis existencial y, qué sé yo, intentan conquistar a una persona mucho más joven, o se compran un vehículo deportivo y tremendamente vistoso, o de pronto deciden emprender una nueva carrera. Pero pocas veces se ha reflejado esta crisis de la mediana edad con la crudeza de esta película.

Así es. Nuestro personaje decide no sólo probar cosas nuevas, sino olvidar por completo su propio ser. Y al tratarse de una personalidad tan magnética y arrolladora como la de este nuestro protagonista, su afán por cambiar su propia existencia acaba arrastrando a todos sus convecinos, que sin llegar a entender plenamente los planes de su campeón, se dejan embelesar por la promesa de una nueva vida y deciden perseguir el mismo sueño.

Por supuesto, no todo el mundo se deja embaucar. Nuestro héroe ha encandilado a una joven enamoradiza e impresionable, cuyo amor por él es tan inquebrantable... que resulta la única de sus allegados que hace todo cuanto puede para hacerle ver su error. Porque aunque el protagonista pone todo su empeño, aún tiene que descubrir que es una equivocación desastrosa intentar ser lo que uno no es, y que lo único que necesita para sentirse bien consigo mismo es disfrutar no sólo de su trabajo sino del amor y la comprensión de quienes le rodean.

Esta es una historia de autoaceptación y de perdonarse a uno mismo, una historia sobre cómo, al llegar a un cierto punto en la vida, todos sentimos que hemos perdido lo que nos hacía ser quienes éramos, y de pronto ya no sabemos quiénes somos en realidad. Una historia, en definitiva, sobre la madurez.

Sí señor. Pesadilla Antes de Navidad es, sin lugar a dudas, la mejor película sobre la Crisis de los Cuarenta que he visto en mi vida. ¡Y además sale Santa Claus! ¿Qué más se puede pedir?

jueves, 9 de septiembre de 2010

"No hay ninguna razón para alarmarse, y esperamos que disfruten del vuelo. Por cierto, ¿Hay alguien a bordo que sepa pilotar un avión?"

Mira por dónde, llevaba yo algún tiempo pensando "Hay que ver que últimamente no me pasa nada digno de Teodiomucho..." y entonces, así a traición...

A ver. Esta es la situación. Tras pasar un mes en Parets buscando curro por Cataluña, me tengo que volver a Algeciras para poder adelantar trabajo en un proyectillo que llevo entre manos (y del que no me sonsacaréis nada, panda de cabrones). Llegué a Algeciras el martes. El miércoles, me llaman para hacerme una entrevista de trabajo... en Granollers.

Tócate los huevos. Tras explicar mi situación, consigo que me aplacen la entrevista de trabajo hasta el lunes. Lo que me da pocos días para adelantar trabajo, y exactamente igual de pocos para reservar el billete de vuelta. Contrato con una compañía low-cost (es lo único que Rumbo me dejó saber), un vuelo que no sale mal de hora, está muy barato y, en teoría, debería darme pocos problemas.

Hasta que no termina el proceso de compra, no descubro que acabo de contratar con Ryanair.

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Ryanair, para quien no la conozca, es una aerolínea irlandesa que presume de ser la más barata del mercado. Algo de lo que, sin lugar a dudas, bien pueden presumir... como comprendí tras esta fascinante experiencia.

Al terminar el proceso de compra, y sólo al terminarlo, Rumbo te notifica que la aerolínea tiene unas condiciones muy específicas. Cualquiera que ya haya volado alguna vez habrá podido comprobar, muy probablemente, que la mayoría de aerolíneas sólo necesitan que les enseñes el DNI para darte ellos mismos tu tarjeta de embarque, si bien se te ofrece la posibilidad de llevarla impresa de casa y ahorrarte ese paso.

Pues bien, Ryanair te pide amablemente que lleves la tarjeta de embarque impresa de casa... o de lo contrario te cobran CUARENTA EUROS MÁS POR PERSONA. Con lo que un billete de sesenta euros (tasas incluidas) se te puede poner cómodamente en cien si tu impresora no tiene tinta o si, simplemente, no se paran a leerlo.

Ahora bien: como te lo leas pero tengas el DNI caducado es peor aún.

Como Ryanair es una compañía aérea extranjera, son muy, MUY quisquillosos con el tema de que los documentos estén en regla para sus vuelos en territorio español. Y si eso es así, da igual que sea imposible conseguir cita para renovar el DNI hasta Octubre: no te lo admiten. Cosa que en un principio, atención, DEBERÍA impedirte siquiera dar el primer paso.

Porque veréis... se para uno a pensarlo y dice "si realmente es algo que se toman tan en serio, ¿no deberían, no sé, EXIGIRTE los datos del DNI a la hora de contratar el vuelo, de forma que si ven que está caducado te digan que no te lo pueden vender?"

No señores, no. Ryanair te cobra el vuelo, y luego cuando llegas al aeropuerto empieza la fiesta. Pero no os dejéis engañar... La fiesta empieza MUCHO ANTES de que se les ocurra mirarte el DNI.

Llego al mostrador de facturación, tarjeta de embarque impresa en mano, y guardo respetuosamente la cola mientras contemplo cómo la encantadora señorita de Ryanair, a la cual por cierto la próxima vez que le vea la cara le pregunto el nombre y le pongo una hoja de reclamación dedicada (y con motivo, no simplemente por quejarme), se dedica a cabrear y a tratar como a mierda a todo aquél que llega sin su tarjeta de embarque impresa porque eso es algo que no te avisan hasta el último momento. Después de ver cómo unos cuantos señores pasajeros tienen que acabar aceptando las órdenes Y las disculpas del personal de seguridad del aeropuerto (del tipo "Caballero, tiene usted que ir a las oficinas de Ryanair y hablar allí con ellos, pero no puede quedarse aquí montando el pollo, y discúlpeme que yo no trabajo para Ryanair sino para seguridad del aeropuerto") (que ya tiene que ser chunga la situación cuando los de seguridad se te disculpan y te dejan claro que ellos no trabajan para Ryanair), finalmente llega mi turno.

Me cogen la tarjeta de embarque, me dicen que todo está en orden, me pesan la maleta. ¿He mencionado que Ryanair, además de los precios más bajos, también tiene los límites de peso en equipaje más bajos?

Así es. Mi maleta se sale del peso. Por lo cual, aunque me he librado de los cuarenta euros, ahora tengo que pagar DOSCIENTOS EUROS MÁS.

Totalmente encabronados, cogemos la maleta y decimos que nos vamos a buscar otra aerolínea y que les vamos a poner una hoja de reclamaciones. La señorita que con tanto desprecio nos ha dicho lo de los doscientos euros nos quiere decir algo, pero entonces interviene su compañera (la hasta ahora amable señorita del chaleco fluorescente) y nos suelta con una superioridad enorme: "¿Pero tú de qué vas a reclamar, si eso estaba en las condiciones de Ryanair cuando contrataste?". Y ahora explícale tú que yo NO CONTRATÉ CON RYANAIR A PROPÓSITO.

Nos vamos indignados. Pero entonces comprendemos la triste realidad: es domingo y la entrevista es el lunes. Nos la estamos jugando. Así que, como buenamente podemos, sacamos la mitad de la ropa de la maleta, la metemos en el equipaje de mano, mis padres se llevan el equipaje de mano y yo me quedo sólo con lo básico en una maleta y el portátil en la otra mano.

Volvemos a intentarlo. Me pesan la maleta, ahora ya pesa quince kilos, y me preguntan si tengo la tarjeta de embarque impresa. Me pregunto "¿pero esta tía no se acuerda de mí, con los preciosos momentos de desprecio que hemos compartido hace dos minutos?", y se la enseño. La mira y me dice que todo en orden, que puedo pasar.

No me mira el DNI. Y por ello yo me acojono.

El caso es que, antes de pasar a la zona de embarque, mi padre va a la oficina de Ryanair a pedir las famosas condiciones. Vuelve diez minutos después: en las oficinas de Ryanair hay tanta gente quejándose que casi tienen montada una romería. Por estar, está hasta la policía.

Así es como nos enteramos, a través de la policía, de cómo es la situación: Ryanair ha llegado a dejar volar a gente desde Barcelona hasta Málaga SIN la tarjeta de embarque impresa y con un billete de ida y vuelta... pero luego no les han dejado volver sin pagar los cuarenta euros por persona; Ryanair ha llegado a dejar a niños en tierra porque, como son niños, no tienen DNI; Ryanair tiene a un par de policías en sus oficinas del aeropuerto de Málaga SIEMPRE, porque SIEMPRE hay gente quejándose y siempre hace falta controlar a las multitudes.

Y lo peor: a veces no miran el DNI; pero como lo miren... me pueden dejar en tierra.

CORRO. Cruzo el control de seguridad, localizo la puerta de embarque, me pongo en cola, me miran el DNI y me dicen que no puedo subir al avión. Lo cuál más o menos se podría dejar pasar, supongo, en el peor de los casos... si no fuera porque MI MALETA YA ESTÁ A BORDO.

¿Entendéis ahora por qué le quiero poner la hoja de reclamación a la del mostrador de facturación? No es por su forma de tratarme... es porque, si se dedicase a mirarle el DNI a la gente como hacen los de TODAS LAS DEMÁS AEROLÍNEAS, la gente no se encontraría con situaciones tales como:

1- Que su maleta se vaya a Barcelona sin ellos.
2- Que su maleta se vaya a Barcelona sin ellos... habiendo tenido que pagar doscientos euros para que la maleta pueda embarcar.
3- Perder un vuelo que ya has pagado.
4- Perder un vuelo que ya has pagado... y por el que además has tenido que pagar cuarenta euros más por persona.

Una serie de situaciones que suponen un perjuicio totalmente innecesario para el pasajero, y que sinceramente se pueden evitar si, sencillamente, hacen lo normal en un aeropuerto.

Pero en fin. Al final llamaron a Dublin y en Dublin dijeron "¿El de Teodiomucho? ¡Dejadlo subir, gilipollas, que luego si no lo cuenta y se entera todo el mundo!" (o en su defecto "Va, venga, que suba que tampoco pasa nada", no lo sé, no estaba escuchando). Lo cierto es que me dejaron subir al avión y yo, iluso de mí, pensé que la odisea había acabado.

Ya. Claro.

Me acerco a la puerta del avión, mientras llamo a mis padres para que se vayan a casa y no me esperen (porque claro, cuando me dijeron que no subía se quedaron esperándome hasta saber qué pasaba con la maleta). Me quedo fuera hablando, porque como no se pueden tener móviles encendidos en el avión prefiero que no me la vuelvan a liar; en ese momento, una amable y encantadora azafata sale del avión y en un español macarrónico me dice "Bueno, qué, ¿tú te piensas venir a Barcelona o no?".

Empezamos bien. Cuelgo a mi madre dejándola con la palabra en la boca, voy a mi asiento no numerado y coloco el equipaje como buenamente puedo. Me siento y contemplo cómo las azafatas, con su habitual coreografía de spice girls, dan las instrucciones de seguridad en el avión... en inglés. Pienso "bueno, es normal, son una compañía irlandesa, lo habitual es que vayan intercalando ambos idiomas pero seguro que cuando terminen las repiten en español". Y efectivamente, al terminar la coreografía, empiezan a sonar por megafonía las instrucciones en español.

Mientras las azafatas, pasando de volver a indicar nada, se van.

Pasmado ante esta asombrosa demostración de falta de interés en la seguridad de los pasajeros de habla hispana, observo durante todo el vuelo Málaga-Barcelona cómo las azafatas no se dirigen a los pasajeros en español NI UNA SOLA VEZ. Que vale, que la compañía es irlandesa, si no pasa nada, pero es que el pasaje (o al menos una buena parte de él) no lo es. Ni lo es el lugar de origen ni el de destino. Vamos, que cuando no por cortesía, al menos por lógica podrían haberlo intentado.

Así comenzó el vuelo más raro que he tomado en mi vida. Un vuelo en el que te ofrecían, a las diez y media de la mañana, un plato de macarrones a la boloñesa para comer. Un vuelo en el que el suelo del avión se combaba cuando lo pisabas. Un vuelo en el que por el hilo musical lo que se oía era un niño hablando en inglés. Un vuelo en el que vendían CUPONES PARA EL SORTEO DE UN COCHE. Un vuelo, en definitiva, raro de cojones.

No sé de qué me sorprendí, la verdad, cuando el avión tomó tierra... a lo bestia. Juro que los asientos SALTARON cuando nos estrella(perdón)cuando aterrizamos. Como juro que los demás pasajeros, y yo esto sí que no lo entiendo, en el momento del aterrizaje, APLAUDIERON.

Si llegamos a tomar tierra con suavidad, ¿qué le hacen al piloto? ¿Se la chupan?

La fanfarria de trompetas en plan hipódromo al terminar el aterrizaje escapa completamente a mi entendimiento, lo reconozco. Pero me daba igual. Por fin habíamos aterrizado, por fin estábamos en Barcelona, y a tiempo para la entrevista. Todo lo que había pasado ya daba igual. Ahora sólo tenía que recoger mi equipaje, tirar para casita de Sandra y esperar allí un día, para el lunes a las cuatro de la tarde estar ahí en primera fila para mi triunfal entrevista.



Ya lo habéis pillao vosotros solos, ¿verdad?


Efectivamente, más de dos años cogiendo aviones, y la única vez que me pierden la maleta va y es esta. Con lo cual, la ropa presentable, la maquinilla de afeitar, mis medicamentos (¿he mencionado que estoy resfriado en pleno verano?), todo lo que más prisa me podía correr para la entrevista que tenía veintiocho horas después, a tomar por culo.

Presentamos queja. Exigimos copia de la queja (ahí tengo que darle el mérito a Sandra, yo ya estaba tan colapsado que ni se me ocurrió pedirla). Llegamos a casa y me arreglo con lo que tengo para el domingo. El lunes por la mañana salgo y me compro ropa nueva, maquinilla nueva, todas esas cosas guays que no tendría por qué invertir dinero en comprar porque ya venían desde Algeciras. Y cuando me voy a meter en la ducha para ir a la entrevista que falta una hora ya...

RING!

Y mi maleta apareció en el aeropuerto. Una vez que ya había gastado el dinero. Justo a tiempo para sentirme gilipollas.



No creo que os cueste mucho trabajo adivinar que no pienso volver a volar con Ryanair en la puta vida. Pero el caso es que, por si todavía necesitaba más excusas... ayer apareció la siguiente noticia:

El presidente de Ryanair propone prescindir de los copilotos

Leéosla con calma porque no tiene desperdicio (la foto del presidente de Ryanair en especial); pero os lo resumo: la idea de este hombre es que un copiloto sólo sirve para vigilar que el piloto no se duerma... y eso lo puede hacer una azafata, ¿no? Pues ya está.

De verdad, me leo estas cosas, me PASAN estas cosas, y me pregunto... ¿Cuántos clientes SATISFECHOS tiene Ryanair?

¿Qué opináis? ¿Conocéis a alguno? ¡Teodiomucho quiere saber!

viernes, 2 de julio de 2010

Por el poder que me ha sido otorgado

Damas, caballeros...

... lo que voy a hacer ahora es un experimento. Con mi suerte no funcionará, pero quiero que sepáis todos que, si la cosa sale bien, me deberéis estar muy, MUY agradecidos. Agradecidos del copón, vamos. Del tipo de agradecimiento que normalmente implica dinero y/o sexo.

¿Estáis listos?

Vamos allá.

(ejém)

Desde luego ya uno no se puede fiar de nadie. Te crees que conoces a las personas, que sabes que el mundo es una mierda y que nadie da nunca nada a cambio, y luego... ya ves.

Ya no se puede uno fiar de nadie, lo que yo diga. A este paso, los políticos acabarán buscando soluciones en vez de culpables. Es más, a este paso y como sigamos así... se acabará la crisis y la gente volverá a tener dinero y trabajo.

¡Pero es que si sólo fuera eso! Cuando queramos darnos cuenta, se habrán acabado las guerras y todo el mundo se llevará bien. ¡Pero así, a traición! Y cuando eso pase... huyyy, cuando eso pase...

... cuando eso pase, verás tú, el cine español hará sólo buenas películas, que además de buenas encima serán entretenidas. ¿Qué digo el cine español? ¡TODO EL CINE DEL MUNDO! Hasta las películas de Crepúsculo acabarán por estar interesantes, en lugar de ser simplemente infumables!

Es que me lo veo. De verdad, es que me lo veo. Me veo que bajan los precios de todo pero que igualmente el nivel adquisitivo de la gente se dedica a subir sin más. Y como sigamos así, hasta la Medicina avanzará una barbaridad y se encontrará la cura para todas las enfermedades. Y si no, tiempo al tiempo.





Ya está. Ahora a esperar.






¿Eh? ¿Que a qué coño ha venido esto?

No, nada... es que hace ya más de un año publiqué un post sobre el miedo que le tenía la Ministra de Cultura a los e-books y dije un par de cosillas, así inocentes, tales que como éstas:

A ver. Estoy de acuerdo en que un escritor tiene que cobrar por su trabajo. Pero ¿de verdad esta señora cree que la mera existencia de e-books va a dejar a los escritores en el paro? Si a alguien le gusta el libro que se ha leído, lo más probable es que lo quiera tener original, ¿o no? Es como si alguien hubiera dicho eso mismo de las bibliotecas; total, ahí también se va a leer sin pagar, ¿o no? Y sin embargo, no sé, normalmente cuando se piensa en "Biblioteca" una de las palabras que se te vienen a la cabeza es "Cultura", ¿o no?

[...]

Y ahí está el problema. ¿Cuánto creéis que tardarán en intentar poner un canon a PRESTARLE ALGO A UN AMIGO? Porque oye... ¡es que ese amigo podría estar teniendo acceso gratuito a la cultura! Yo personalmente votaría por ponerle un chip a los libros, los DVDs y todas esas cosas. Ese chip se activa cuando el comprador llega a casa, y como se salga del domicilio en cuestión saltan las alarmas, llega la policía... en fin, os imagináis el resto.


Y ahora, todo este tiempo después, descubro con asombro que la SGAE quiere imponer un canon a las bibliotecas por el cuál tendrán que pagar 20 céntimos por
cada libro prestado para "resarcir" a los autores
.

Comprenderéis, supongo, que después de comprobar el poder de influencia que ejerzo sobre el Universo, haya decidido intentar protestar de cosas buenas. Estad atentos: de aquí a unos catorce a quince meses deberíamos ver los resultados.



Sí señor. Me va a gustar ser el héroe de todo el mundo.

jueves, 1 de julio de 2010

Hoy en Vidas Ejemplares: JAR JAR BINKS, PALADÍN DEL IMPERIO GALÁCTICO

¡Vidas Ejemplares ha vuelto, damas y caballeros!

Para los veteranos, ya sabréis que esta sección se dedica a analizar las vidas de personas a las que todos conocemos (bueno, menos al que me robó la cartera, que a ese no le vi ni la cara), y a descubrir cosas sobre sus vidas que, sinceramente, no conocíamos.

Vale, que no conocíamos y que nos la traían al fresco.

Hoy quiero hablaros de la saga cinematográfica Star Wars. Ya sabéis, tres películas legendarias, tan entretenidas que nadie se paró nunca a pensar por qué cojones se llamaban "Episodio IV", "Episodio V" y "Episodio VI"... hasta que George Lucas hizo los episodios uno al tres y el frikerío universal decidió que estábamos mejor como estábamos.

¿A qué se debe esto? Creo que a todo el mundo le habrá molado ver más Jedis, más Sith, a Yoda pegando botes como una puta bola de pinball con un fluorescente de cocina pegado... Incluso a pesar de descubrir que Darth Vader en realidad era una nenaza llorica y prepotente, la trilogía en sí tampoco estaba tan mal.

Entonces ¿qué es lo que echa para atrás a tanta gente?


¡Holadola!


¡Coño, Jar Jar, que tenías que esperar que te dijera que saludaras! Hale, ni esto sabes hacerlo bien...

... eeeen fin. La gente odia la nueva trilogía, mayoritariamente (los hay que no), por Jar Jar Binks. Lo que Lucas pretendía que fuese todo un hito en la historia del cine al crear al primer actor virtual, se convirtió en la mayor cagada de toda la saga. No hay quien entienda a los Gungan cuando hablan, y si lo intentas acabas desesperándote. Jar Jar es directamente insufrible incluso para los cánones de su especie. No hay forma humana de que se calle, se quede quieto o, sencillamente y para abreviar, se muera.

¿Pero sabéis qué?

Jar Jar Binks, ahí donde lo véis...


¡Holadola!


... Que sí, que ya lo sé, que te calles la puta boca, jodido hijo bastardo de Ronaldinho y un caracol. Ejém, como iba diciendo... ahí donde lo veis, Jar Jar Binks es en realidad el responsable de los episodios cuatro, cinco y seis de la saga. Las tres películas buenas no habrían existido sin él. George Lucas, en realidad, sólo estaba intentando hacer que supiéramos a quién debíamos estar agradecidos.

Qué, ¿que no?

ATENCIÓN SPOILERACO DEL COPÓN

Remontémonos al Episodio II: "El Ataque de los Clones". El canciller supremo Palpatine no tiene poder suficiente para intervenir en la guerra por medio de su ejército de clones. Necesita, para ello, que el senado vote a favor de darle plenos poderes hasta el fin de la guerra.

Para ello necesita un voto favorable e influyente. Necesita el voto de la senadora Amidala.

Ahora bien. Alguien ha atentado contra la vida de la Senadora Amidala. Ante esta situación, la senadora acepta refugiarse en su mundo natal, Naboo, bajo la vigilancia y protección del padawan Anakin Skywalker (parecía tonta cuando la cambiamos por el botijo). En el momento de la votación, Amidala no se encuentra en el senado.

¿Quién era su delegado? ¿A quién designó la senadora para que fuese su voz en el senado?

.

..

...

... (Jar Jar, coño, ahora...)

Hm, misa no sabe... Misa no visto Pisodio Dosa.


(ay, señor, lo que hay que aguantar). Efectivamente, Amidala designa como su delegado a Jar Jar Binks. Y Jar Jar Binks toma la sensata decisión de conceder plenos poderes al canciller Palpatine.



Lo que le permite hacerse con un ejército de clones lo bastante grande como para exterminar a toda la orden Jedi (salvo un par que quedan vivos), manipular a su antojo a Anakin Skywalker para pasarlo al lado oscuro y, en última instancia, proclamarse Emperador de toda la Galaxia.

¿Lo veis? ¡Si no es por Jar Jar, no habríamos tenido nada de lo que ocurre en la trilogía clásica! ¡Si es que es un puto héroe, coño ya!