La mayor amenaza para la Democracia
Españoles...
Como bien sabréis a estas alturas, tanto si queríais saberlo como si no, estamos en plena campaña electoral. En las próximas dos semanas, PSOE y PP se dedicarán aún más exhaustivamente a hacernos ver a todos nosotros que la mayor amenaza para la democracia es el terrorismo, el paro, el precio de la cesta de la compra, la corrupción urbanística, los inmigrantes, los jóvenes, los medios de comunicación, la crispación, el calentamiento global y/o el partido contrario. Haciendo, por supuesto, caso omiso al hecho de que hay más partidos en medio, pero total, ni que la gente se acordara de ellos.
Pero cabría preguntarse, ¿cuál es la VERDADERA mayor amenaza de la Democracia? ¿Tiene razón alguno de los políticos? ¿Es alguna de todas esas? ¿Todas las anteriores? ¿C) Una Planta Colágena?
TEODIOMUCHO, cumpliendo con su cívica labor de servicio público, os revela la verdad oculta tras la campaña electoral. Así es, damas y caballeros, estáis a punto de conocer la auténtica mayor amenaza para la Democracia.
Y señoras y señores, según nuestras exhaustivas investigaciones, la auténtica mayor amenaza para la democracia en nuestros días es...
... este tío:
Este tío, damas y caballeros. Este tío de mirada perpleja, de expresión poco avispada. Este tío a quien sus conocidos siempre le han oído jactarse de no tener ni idea de política. Este tío tan aparentemente insignificante, que si tuviera un blog no lo visitaría ni él mismo. Este tío, damas y caballeros, es la mayor amenaza para la Democracia.
Al principio yo tampoco me lo explicaba. Ni siquiera parece una amenaza para sí mismo, tanto menos para el régimen político de todo un señor país. Pero los políticos españoles, los mismos que utilizan sin ningún tipo de pudor el dolor de los españoles como arma electoral, los mismos que tienen los santos cojones de atacar a los ecologistas, a los monárquicos o a las víctimas del terrorismo (al menos, a las víctimas del terrorismo que militan con el partido contrario)... esos mismos políticos, damas y caballeros, tienen miedo de este tío.
Y no es por la simple cuestión de "Este tío representa al electorado, porque él es un ciudadano y por lo tanto en sus manos se supone que está el poder para alzar a unos y derrocar a otros", no... Tienen miedo de ESTE tío en concreto. Le consideran un peligro, una amenaza. Saben de sobra que, si este tío vota, todo el sistema democrático podría venirse abajo desde sus mismos cimientos. Si este tío se acerca a una urna, quién sabe, quizás España se termine de romper, o se hunda por completo en el océano, o váyase usted a saber. Es por esto que, de una manera completamente encubierta, intentando evitar que los españoles antidemocráticos sepan de la existencia de tan peligroso individuo, le han declarado en secreto "Enemigo de la Democracia Número 1", y es por esto que han determinado una serie de medidas para evitar cualquier riesgo.
¿Que no os lo creéis?
Este tío tiene veintiséis años. Desde los dieciocho debería haber podido votar. Sin embargo, y por alguna extraña razón, JAMÁS LE HAN LLEGADO TARJETAS CENSALES A SU CASA. Bueno, sí, las de sus padres, pero nunca la suya. A día de hoy, a este tío aún no se le ha dicho "Puedes venir a votar".
Este tío investigó. Porque llegó un momento en el que se dijo "No es normal que a estas alturas todavía no me lleguen las tarjetas censales". Descubrió que en el colegio electoral en el que le debería corresponder su nombre no figuraba en ninguna lista. Entonces recordó que se había mudado (al igual que sus padres), y por pura curiosidad (de sus familiares y amigos, él la verdad es que tampoco se movió mucho que digamos), acabó averiguando que su nombre figuraba en las listas... del colegio electoral que le habría correspondido de haber permanecido en su antiguo domicilio. Así pues, descubierto que todo se trataba de un "error" en el censo (horror, nos ha pillao), se dispuso a votar en las siguientes elecciones, las locales.
Pues bien. Justo el día de las elecciones locales, a este tío le salió una entrevista de trabajo en Madrid. Una entrevista a la cual, curiosamente, la persona que tenía que entrevistarle no acudió por encontrarse casualmente fuera de la ciudad. Con lo cual este tío no pudo votar ni ser entrevistado.
¿Coincidencia?
Ahora se acercan de nuevo las elecciones. Y en Andalucía coinciden las generales con las autonómicas. Son dos oportunidades para volver a privar a este tío de su derecho al voto. ¿Conseguirá la Democracia volver a salirse con la suya? ¿Al tratarse esta vez de dos frentes, se les conseguirá colar este tío por alguno? Y si este tío vota, ¿se acabará el mundo?
Permanezcan atentos a sus pantallas.