Y que ooodies muuucho máaaaaaaaaaaaaaas...
Se acerca la fecha del trágico aniversario de mi nacimiento, cuando los hombres y las mujeres de buena voluntad se estremecen al pensar que sigo vivo un año más y se preguntan qué ha podido fallar. Esa pregunta es demasiado difícil de responder, por tener una respuesta extremadamente larga. Pero el caso es que se acerca mi vigesimoquinto cumpleaños. Y por lo tanto, ya está preparado el plan de todos los años.
Para todos aquellos que no se hayan materializado nunca debajo de una toalla en mi casa por estas fechas, os comento en qué consiste el susodicho "plan de todos los años": el turno de mañana se desarrolla entre la piscina y la barbacoa de mi casa, después de comer y de volvernos a bañar para ver si se nos corta la digestión solemos sacar los juegos de mesa, y ahí aguantamos hasta la tarta. Pero la diversión no acaba ahí, jóvenes castores, porque luego empieza el turno de noche en la bolera. Siempre hago lo mismo, pero es algo que sólo se hace una vez al año y a la gente le gusta el plan. Parece que todo funciona, ¿no?
Efectivamente, astutos lectores, NO. Quedan dos días para la celebración y estoy con una otitis que no me deja dormir, no me deja comer, no me deja ligar (qué bueno es que haya otitits para echarle la culpa, ¿eh?) Esto complica la idea de meterme en la piscina, o incluso la de la barbacoa. ¿Hay o no hay pa odiar al mundo?
1 comentario:
Lo de la toalla no sé por quién lo dices... yo estaba tan tranquila meando en mi casa y aparecí en la tuya. Vaya. Lo más normal del mundo. Fuengirola y Algeciras están ahí al lao. Como Cuenca...
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