miércoles, 29 de noviembre de 2006

En el nombre de...

De esto hace ya algún tiempo, pero no quería que se escapara sin ser criticado en Teodiomucho.

Hace algunas semanas, en pleno debate sobre la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía que el Gobierno pretende introducir en las escuelas, el Obispado puso el grito en el cielo. Tuve el placer de deleitarme con algunas de las declaraciones de algunos de los obispos, que hablaban de cuestiones como el papel de la familia en la educación moral del niño, el peligro de permitir que sea el Gobierno quien controle esa educación moral, la diferencia entre lo legal y lo moral... Un debate muy acalorado, sin lugar a dudas.

Entonces descubrí que uno de los obispos que protestaban al respecto, concretamente el que animaba a los padres a la desobediencia civil contra esta nueva asignatura, era el obispo de Córdoba, don Javier Martínez Fernández.


Bien, quienes me conocen lo suficiente saben que este señor obispo y yo compartimos el nombre completo (que aquel que no haya sido tan gilipollas de buscar su nombre completo en el Google para ver qué sale levante la mano). Razón por la cuala este asunto me ha llegado bastante hondo. Porque a ver... podríamos hablar de muchas cuestiones aquí, tales como:

  1. que las palabras "Estado laico" significan algo más que "Estado en el que se bebe Laiker".
  2. que si el Gobierno no tiene autoridad para decidir qué es lo moralmente correcto, al ser éste un estado laico, en teoría tampoco debería tenerla la Iglesia.
  3. que el colegio siempre ha sido un lugar de refuerzo del aprendizaje, y que es en la casa de cada uno donde realmente se educa y se forma un niño.
  4. que aquellos padres que ya educan a sus hijos para ser buenos ciudadanos no van a tener inconveniente en que esta educación se vea reforzada en el colegio.
  5. que aquellos padres que no se preocupan en sus casas de que sus hijos sean buenos ciudadanos no van a ir ahora a quejarse al colegio.
  6. que aunque se eduque a los niños en el respeto a leyes que no vayan de acuerdo con los principios de la Iglesia (¿matrimonio homosexual? ¿qué va a tener nada la Iglesia contra el matrimonio homosexual?), en ningún punto del programa educativo creo que se ataque directamente al clero, y por tanto no tienen por qué sentirse amenazados.
  7. que una educación en la tolerancia siempre es una educación saludable, y que del mismo modo que se deben respetar las creencias de un culto religioso que (pese a ser el mayoritario en España) no tiene ningún poder político en este país, también se debe respetar todo lo demás.
  8. que un obispo, líder religioso con una cierta autoridad entre sus fieles, que incita a la desobediencia civil... quizás sea alguien a quien le habría venido bien esta asignatura cuando era niño.
Podríamos hablar de todas esas cuestiones, y me quedaría corto. No sé si conocéis el caso de la doctora Laura Schlessinger, una líder de audiencia en EEUU que en su programa de radio citó el Levítico 18:22 para concluír fuera de todo género de duda que la homosexualidad era una abominación. Para los que no lo conozcáis, pasaos por http://uned-historia.metropoliglobal.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=3134 y leeos la carta que envió un oyente, que no tiene desperdicio.

Con todo y con eso, los que me conocen saben que yo soy un hombre creyente (o al menos algo parecido a un hombre). El hecho de que opine que educar a los niños para la ciudadanía tiene por fuerza que ayudar a que no salgan tantos hijos de puta de los colegios no significa que no crea en Dios. Pero a pesar de todo, el hecho de ver que un obispo que además se llama igual que yo es capaz de decir semejantes burradas me ha hecho reflexionar.


Siempre me he sentido orgulloso de ser quien soy. Pero ahora me doy cuenta de que no es el nombre el que te define. Se nos conoce por nuestros actos (punto friki para el que identifique de dónde me he sacado esta frase). Y si un buen nombre es asociado a unas malas acciones, quizás va siendo hora de abandonar definitivamente ese nombre.













Así que, a partir de ahora, quiero que a ese obispo le llaméis Fuencislo Doblacabras. Que ya está bien de que deje mi nombre en mal lugar, coñe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Admirable, gracioso, cinico, diria que haces ma de lo que puedes pero me encanta...."por el camino del desiertooooo...el viento me despeinaaaaa!!!!"

Anónimo dijo...

yo quiero mi punto friki :P, de la patrulla x (o x-men), la frase :P, aunque esta sacado de un versiculo del antiguo testamento (o era del nuevo?)