La pesadilla: PRÓLOGO
Hacía ya tiempo que no dedicaba ningún post a vivencias personales. Perdonad por ello, es que los políticos son a veces taaaan tentadores... Pero aquí estamos, nuevamente, para contar que mi mayor pesadilla está a punto de comenzar.
Los que me conocéis bien conocéis mi historia. Soy Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, porque cuando estaba haciendo la selectividad mis padres me dijeron "O sacas nota suficiente para la carrera que quieres estudiar o te metemos en Magisterio", y por eso acabé estudiando Publicidad. Soy hijo de maestros, tengo amigos maestros o profesores (que no es lo mismo pero se parecen), visito asiduamente el Blog de Jotace (gracias por el enlace, majo), SÉ LO NOCIVO QUE PUEDE SER DAR CLASES.
Está además el pequeño factor de que nunca he sabido dar clases. Por escrito me expreso enormemente bien, soy una eminencia de las letras, un genio del lenguaje, como siempre me enorgullezco de anunciar con toda humildad. Pero cuando tengo que expresarme de manera oral... la apoteósica primera llamada a mi primer casero ("Usted... usted... usted casero... yo no!") o mi romántica declaración de amor a la zorra de mi ex por teléfono ("Que... ehm... que me... vaya, que me gustas y... y que si... ehmm... tú querrías... salir conmigo... y... y... y... y eso") (tras lo cual, AÚN ASÍ, la muy puerca salió conmigo) son ejemplos tan buenos como cualquier otro. Así que os podéis imaginar lo bien que se me tiene que dar la enseñanza.
Pues bien. Llevo ya más de un año en paro (eh, soy licenciado, ¿recordáis?), y estoy intentando crear mi propia empresa para ver si, al menos me contrato yo. Como es natural, cualquier trabajo que me pudiera salir y que compense lo suficiente es algo que ni siquiera dudaría en aceptar.
Vais atando cabos, ¿verdad?
Muchos colegios se están reconvirtiendo en centros TIC ("Tecnologías de la Información y la Comunicación", vulgo "ordenadores"). Eso significa que ahora los maestros de esos colegios tienen que saber utilizar un ordenador. Así que necesitan aprender a manejar algunos cuantos programillas de diseño gráfico.
Y ahí entro yo.
Así es, niños y niñas. Después de evadir el legado familiar, después de siete años estudiando algo que no es Magisterio, después de un año en el paro... voy a acabar dando clase a los maestros. A partir de mañana. Tres horas al día. Dos días en semana. Sólo durante el mes de Noviembre.
Si no fuera por el pastón que me van a pagar, ahora mismo estaría llorando en una esquina. Pero gracias al pastón, me mantengo lo bastante cuerdo como para darme cuenta de que ha llegado la hora de la venganza. ¿Sabéis cuántos de mis alumnos me han dado clase antes? ¿Eh? ¿Eh?
(vale, sí, tres, una me caía bien y los otros dos son mis padres... PERO NO ME REVENTÉIS EL GLOBO TAN PRONTO!!!)
Os iré manteniendo informados. Porque todavía falta ver cómo voy a rellenar esas tres horas. Me han recomendado dar diez minutos de teoría y dedicar el resto de la clase a que los alumnos me cuenten qué han hecho durante el verano... ¿creéis que funcionará?
2 comentarios:
Que hubo Jack?:
Que si creo que funcionara?, tiene la pasta, el carisma y las chic...... tienes la pasta, joder!
No funcionará.
Además, que lo sepas: hay alumnos malos, alumnos muy malos, alumnos horribles... y luego están los profesores que reciben clases. No están encerrados contigo... eres tú el que está encerrado con ellos.
Welcome to hell, Creepe... ¡BWHAHAHAHAHA!!!!
Por cierto, mucha suerte, ¿eh? :D:D:D:D
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