martes, 27 de marzo de 2007

Mas uno

Antes de comenzar con este post, quisiera agradecer a mi encantadora y adorable conexión a Internet el hacerme llegar un día tarde. Gracias, acabas de entrar en la lista.

Los que me conocéis ya sabéis cuál es el motivo por el que la fecha de ayer está marcada en mi calendario. Los que no me conocéis... permitid que este post sea para los demás. Esta vez la gymkana la hemos hecho con tiempo de sobra (y menos mal, durante todo el día no ha parado de llover), así que no hay nada que contar a ese respecto. Sólo diré que, aunque después de once años lo tengo ya más que superado, la sigo echando de menos. Y así debe ser, y así quiero que sea. Superar el dolor no significa olvidar a los que ya no están.

Cosas que me hubiera gustado compartir con ella:

1- La música. Sobre todo la música, siempre la música. Aquellos ensayos de coral, en los que no hacía más que cachondearme de ella. Su talento para el piano y la admiración que sentíamos el uno por el otro (pero que sólo llegamos a insinuar). Lo que he podido aprender y mejorar en los últimos años, todo gracias a lo que aprendí de ella, siempre gracias a ella.
2- Las buenas noticias. Ella también conoce a Natalia, y me habría encantado contárselo en persona.
3- Las malas noticias. Ella también conoce a mi ex, y si la hubiera tenido a mi lado en aquel momento otro gallo nos habría cantado. O no, pero vamos, me da igual.
4- Los nuevos amigos, los buenos amigos, y el reencuentro con los viejos amigos. Personas que me aprecian por quien soy, no por con quién me junto (es que hace once años yo era un capullo, y claro...). Personas que sin duda se alegrarían de conocerla.
5- El gato. Aquí lo tengo, la mar de bien cuidado, de sano, de lleno de vida, de... vamos, de gordo. Que conste que te lo estoy cuidando; vamos, hombre, iba a dejar yo que lo dieran...
6- Este blog. Seguro que sería mucho más divertido si escribiéramos los dos.
7- Todo lo demás que forma mi vida. Una vida bastante plena (no del todo, vale, pero bastante), una vida que puedo vivir sin ella... pero que hubiese preferido vivir con ella.

Podría iniciar una meme con esto, pero creo que en total contestarían dos personas (y ni el Largo ni Natalia suelen visitar este blog, de lo que todos deberíamos aprender :P). Así que, en lugar de iniciar una tradición con esta gilipollez, permitidme que perpetúe una que ya comencé la última vez que hablamos del tema:

Entre el cielo y el suelo hay algo
con tendencia a quedarse calvo
de tanto recordar.
Y ese algo, que soy yo mismo,
es un cuadro de bifrontismo
que sólo da una faz.

La cara vista es un anuncio de signal.
La cara oculta es la resulta
de mi idea genial de echarte.
Me cuesta tanto olvidarte.

Me cuesta tanto...

... Olvidarte me cuesta tanto,
olvidar quince mil encantos
es mucha sensatez.
Y no sé si seré sensato.
Lo que sé es que me cuesta un rato
hacer las cosas sin querer.

Y aunque fui yo quien decidió que ya no más,
y no me cansé de jurarte
que no habrá segunda parte,
me cuesta tanto olvidarte.

Me cuesta tanto...



... parece mentira
que después de tanto tiempo,
rotos nuestros lazos,
sigamos manteniendo la ilusión de nuestro aniversario.

La misma mesita
que nos ha visto amarrar
las manos por debajo,
cuida que el rincón de siempre permanezca reservado.

Y aunque la historia se acabó,
hay algo vivo en este amor,
que aunque empeñamos en soplar,
hay llamas que ni con el mar...


El veintiséis de marzo.

Cada cual tiene el aniversario que le toca. Me da igual que no rime. Ese es nuestro aniversario, y para una fecha que me aprendo no me la van a quitar.

Descansa, Montserrat. Y no te preocupes por mí, estoy bien. Sólo te echo de menos, y ¿desde cuándo es malo echar de menos a alguien a quien quieres?

A todos los demás, a dormir que no son horas. El post que os prometí está en camino, ya han empezado a llegar las colaboraciones; pero había olvidado que este post tenía preferencia. Es lo que pasa cuando cambias la gymkana de día y la haces antes ;)

No hay comentarios: